Como todo tema relacionado con la economía, en este caso en específico con el mercado laboral, la práctica del outsourcing -tercerización o subcontratación de empleados mediante empresas externas- tiene puntos a favor y en contra.
Antes que nada, hay que recordar que el outsourcing no es una invención de los empresarios mexicanos, no es un “agandalle”, una creación para abusar de los trabajadores, como algunos pretenden hacerlo ver, comenta Álvaro Cano Escalante, analista económico y catedrático universitario. “Es una figura común en muchos países del mundo, como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, España, Brasil, Chile…”.
El primer punto a favor de este modelo es que permite a las empresas focalizarse en sus actividades centrales, lo que impacta de manera positiva en su productividad, reduce riesgos y ayuda a gestionar mejor las operaciones.
Básicamente, su objetivo es hacer flexible el proceso de contratación. Al brindar a los negocios la posibilidad de emplear o dejar de hacerlo de una manera más eficiente, les permite ajustar el personal de acuerdo con sus necesidades, señala. También los ayuda a reducir costos y generar ahorros, que pueden usar para reinvertir y generar nuevos empleos.
“Cuando la empresa contrata a un empleado, le tiene que pagar, además del sueldo acordado, el conjunto de prestaciones a que tiene derecho por ley: seguro social, Infonavit, aguinaldo, vacaciones, utilidades, etc. Y también lo correspondiente al Impuesto sobre la Renta (ISR). En los casos de tercerización, estos pagos los hace la empresa de outsourcing”.
El otro lado de la moneda son las desventajas que genera el esquema de outsourcing, sobre todo para el trabajador y en varios casos el propio empresario. Podemos englobar las desventajas en seis puntos:
Diversos expertos han externado cuáles son los puntos buenos y malos de la actual reforma al outsourcing en México. La mayoría coincide de dos formas:
LO BUENO: habrá una mejora de las condiciones laborales en México, así como certeza jurídica para los trabajadores.
LO MALO: no todo el outsourcing incumple con las regulaciones, por lo que esa iniciativa podría afectar a la economía mexicana con desempleo.
La principal preocupación de los expertos se da en el hecho de que esta reforma se dé en medio de una pandemia que ha hecho retroceder a la economía mexicana. Sin embargo, a pesar del impacto inmediato, hay quienes ven el hecho como algo positivo, sobre todo a futuro.